Cascanueces

Comencemos por el principio:

¿Qué es un cascanueces?

Es un aparato sencillo con pinzas para quebrar nueces, pero en los cuentos se refiere a una pequeña figura con forma de soldado de madera con grandes dientes, con una mecanismo que cierra y abre la boca para hablar.

Hechas en Alemania en el siglo 15, estas figuras eran como amuletos, aunque luego terminaron siendo parte de celebración de la Navidad gracias a varios cuentos infantiles y la tradición de artesanos germanos, quienes fabricaron cascanueces en madera hacia el año 1700.

Al principio la tradición argumentaba que un cascanueces se construye con 60 piezas de madera de abeto y haya, barba y pelo de conejo con pintura colocada a mano, actualmente se puede hallar figuras hechas de diferentes materiales, tamaños y colores.

No todos sirven para quebrar nueces, pero ya se han convertido en uno de los símbolos más famosos de la Navidad.

Así los cascanueces fueron elaborados por un juguetero en Alemania, quien construyó un soldadito que rompía las nueces con sus dientes a petición de un cliente.

Más tarde, dichas figuras consideradas como amuletos de la suerte y protección, quedaron en el conocido libro : la Mitología Germana de Jacob Grimm de 1835.

Sin embargo, Ernst Amadeus Hoffmann había escrito ya El Cascanueces y el Rey de los Ratones en 1816, cuento que inspiraría a Alexandre Dumas para elaborar una versión para niños.

A su vez, la versión de Amadeus inspiró a Heinrich Hoffmann en 1851 para publicar una historia muy popular entre los niños en Alemania debido a sus ilustraciones, que fueron tomadas por Wilhelm Friedrich Füchtner, un carpintero y artesano alemán, para crear en 1870 las figuras de soldadito que conocemos.

La versión de Hoffmann, El rey Cascanueces y el pobre Reynaldo, es el cuento que estableció la primera relación entre los cascanueces y la Navidad, se cuenta la historia de una familia burguesa alemana, cuya niña recibe un cascanueces de madera en el árbol navideño y, una vez que se queda dormida, comienza a soñar que los muñecos cobran vida.

Aunque el muñeco era un príncipe que se iba a casar con una princesa, fue embrujado por una ratona y convertido en un juguete de madera llamado Cascanueces, por lo que todos los personajes del cuento luchan por romper el hechizo.

El cuento de Hoffman no solo inspiró películas y otras versiones de esta historia, sino que el ballet navideño El Cascanueces con música de Tchaikovsky es uno de los más conocidos, el cual se estrenó mundialmente en 1892 en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, Rusia.

En México, esta pieza de ballet es interpretada cada año por la Compañía Nacional de Danza en el Auditorio Nacional desde el 2001, con más de 20 artistas en escena acompañados la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y la directora española Julia Cruz.

Todo termina bien y así se denominó, como un final perfecto para una gran historia apta para todo el público.

Es una fascinante y mágica narración que te atrapa cuando la conoces y disfrutas tan solo con verla.

Por: Antonio Aceves

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