Austerlitz, “la obra maestra de Napoleón”

Colinas de Pratzen, 2 de Diciembre de 1805:

Amaneció con una densa fría niebla, que pegada al piso se negaba a desaparecer.

Eso favoreció a los franceses que continuaron ocultando su posición y cantidad, muy cerca de las colinas de la villa de Pratzen.

Mientras en el bando ruso-austriaco, desde temprano las fuerzas combinadas comenzaron a desplazarse hacia su izquierda tratando de seguir a los galos en su inesperada marcha de la tarde anterior, hacia una pequeña llanura que tenía en un costado a un río que desembocaba en un lago congelado, creían que eso evitaría que huyeran del campo de batalla.

Confiaban en su supuesta superioridad numérica.

Debido a la falta de órdenes precisas de sus oficiales y al no distinguir bien el terreno por la espesa neblina, varios batallones tomaron direcciones equivocadas y perdieron el camino correcto… La confusión se hizo muy grande…desde  las alturas de Pratzen varios regimientos descendieron para unirseles.

En el bando francés todo estaba en orden y listos para atacar, pero guardaban silencio absoluto, varios de sus camaradas comenzaron a marchar a su derecha, haciendo algo de ruido, alejándose de las colinas para continuar con el engaño.

Quien lo vio, nunca podrá olvidarlo, el sol rojo carmesí que semioculto por la espesa y fría niebla iluminaba de forma opaca las colinas de Pratzen, cercanas al pueblo de Austerlitz, Moravia.

Muy pronto su luz disolvería las penumbras y mostraría la claridad de ese día…

Lentamente empezó a transcurrir la mañana y la neblina poco a poco se despejó del campo de batalla.

Entonces el gran comandante y estadista francés decidió cerrar su catalejo con el que veía las filas enemigas y volteando hacia a su mariscal Nicolás Jean Soult le dijo.

“Ahora es el momento, proceda”.

Eran las 09:00 am cuando Napoleón dio la orden a su mariscal Soult de atacar. De inmediato las divisiones Vandame y Saint Hilarie cargaron con el batido de los tambores hacia arriba de las colinas y atacaron a las distraídas fuerzas enemigas que se quedaron paralizadas al verlas surgir de imprevisto entre la niebla de la llanura.

La sorpresa fue total.

Así comenzó la batalla…

Al ver lo que pasaba el general ruso Mijaíl Kutuzov llamo desesperadamente a varios de sus regimientos para que volvieran a auxiliar a sus compañeros que se defendían en lo alto de las colinas,  pero fue inútil, un poco después ya estaban de nuevo en manos francesas.

El gran ejército combinado estaba partido casi por su centro.

Los ruso-austriacos hicieron un último esfuerzo para recuperar las ahora valiosas alturas de las colinas y enviaron a su mejor y mas aguerrido cuerpo de caballería liderado por el general Bagration, pero entonces el grupo de caballería comandado por el mariscal Jean Lannes les hizo frente y luego de una lucha frenetica y mortal, los franceses salieron vencedores ya que aprovecharon la ventaja de combatir desde arriba hacia abajo.

En seguida Lannes envío parte de sus fuerzas para continuar el ataque y persecución de las restantes divisiones enemigas que empezaron a retroceder ante el imparable empuje de las fuerzas galas… Los jefes ruso-austriacos hicieron grandes esfuerzos para auxiliar a sus extraviadas tropas que seguían marchando hacia su izquierda.

No sirvió de nada.

El sol despejó completamente la neblina y el escenario del campo de batalla fue claramente favorable a las fuerzas de Napoleón.

Los cañones franceses de 12 libras colocados en lo alto de las colinas rugieron y diezmaron a las sorprendidas fuerzas austro-rusas que comenzaron a huir desesperadamente para salvar sus vidas, el pánico se generalizo por todos lados.

El gran ejército combinado partido en dos, liderado por los emperadores Alejandro y Francisco empezó a ser masacrado y ellos tuvieron que huir para no ser capturados y/o muertos.

La batalla estaba perdida sin remedio.

Todavía varios batallones galos cargaron y persiguieron a los restos de las fuerzas enemigas en la planicie. Muchos soldados en su desesperación trataron de cruzar el lago congelado. El hielo se rompió y murieron ahogados …

Lo que completo el desastre de las tropas de la Tercera Coalición…

Desde la distancia Napoleón contempló satisfecho el estado del campo de batalla… “La victoria es nuestra, se han cubierto de gloria nuestras armas, Viva Francia”…

Hacia las 4 pm todo había concluido.

“Soldados estoy muy orgulloso de ustedes, han obtenido un gran triunfo” les dijo más tarde a sus soldados, “Cuando se diga que estuvieron en Austerlitz, todos sabremos que son hombres muy valientes”…

Días después firmo un armisticio con los emperadores enemigos, muy favorable a sus intereses personales y de Francia …

“Todo lo que tenía que salir bien, salió excelente” dijo mucho después, “fue la victoria más hermosa de nuestras fuerzas”…

Y decisiva, ya que aseguró el dominio de Napoleón sobre Europa por muchos años más.

Por: Antonio Aceves

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