Los líderes de la poderosa industria armamentista de USA tuvieron que planear como detener y/o librarse de ese molesto político de Massachusetts.

JFK

El Lincoln negro se desliza, a baja velocidad, va descapotado, en un soleado día en Dallas (Texas), son las 12.30 del 22 de noviembre de 1963.

Calle abajo, Abraham Zapruder graba con su cámara Super 8 mm nueva, la limusina presidencial se le acerca lentamente.

PRIMERA DETONACIÓN

«Oí lo que supuse que era un disparo que venía detrás de mí», recordaría el gobernador de Texas, John Connally, que iba en el coche con su mujer, sentado en la segunda fila de las tres del auto, pero la bala se pierde y golpea en el pavimento.

SEGUNDO DISPARO

La Super 8 de Zapruder recoge nítidamente el gesto del presidente llevándose las manos al cuello con signos de ahogo y dolor en el rostro. «¡Han disparado a mi marido!», grita Jacqueline, en el asiento de enfrente el gobernador Connally parece que tampoco se encuentra bien, está ladeado y visiblemente dolorido. «Dios mío van a matarnos a todos» exclama empapado en sangre después de que una de las balas le alcance por la espalda y le salga por el pecho.

Transcurren 4 segundos, todo ocurre muy rápido, Jackie intenta ayudar a su marido, que sigue ahogándose, mientras el coche avanza todavía lento, por su parte, el gobernador y su esposa están ya recostados sobre su asiento : «Tiré de mi marido hacia mí para protegernos, no vi nada más, solo escuché los disparos».

Unos 3 segundos luego de la primera reacción del presidente, según el metraje de la cinta Zapruder, una nueva bala impacta brutalmente contra la cabeza de John, quien cae hacia atrás con la cabeza destrozada.

Cómo si recibiera un impacto de frente.

¡MI MARIDO ESTÁ MUERTO!

Jackie horrorizada, gritó : «¡Mi marido está muerto, tengo su cerebro en mis manos!», intenta salir del coche trepando por la parte trasera, Clint Hill, agente del servicio secreto, se encarama al coche por detrás y evita que ella salga del Lincoln, que deja atrás la calle.

La pregunta clave es: ¿cuántos disparos hubo?

La Comisión que investigó el magnicidio, presidida por el juez del Tribunal Supremo James Earl Warren, dictaminó en 1964 que fueron tres disparos —dos certeros, el segundo y el tercero—, todos obra de Lee Harvey Oswald y que actuó solo según la policía.

En 1976, un Comité de la Cámara de Representantes reabrió  el caso y 3 años después concluyeron que hubo 4 disparos, 2 tiradores y una conspiración, pero el gobierno de ese entonces desestimó los resultados, eso provocó la publicación de muchas teorías hasta este siglo 21.

¿CUÁL FUE LA VERDAD?

La industria armamentista de USA es la más grande que hay en el mundo, sus ganancias exorbitantes, han hecho multimillonarios tanto a civiles como militares, a personas honorables como delincuentes mafiosos involucrados, por los beneficios de ese tráfico perverso, son el verdadero poder en la sombra y los presidentes americanos se cuidan de no estorbar ni perjudicar sus obscuros intereses.

Y eso fue lo que ignoró John Fitzgerald Kennedy y pago muy caro las consecuencias, ya que cayó asesinado bajo una lluvia de balas, durante sus días de senador y luego como precandidato habló sobre limitar a esa empresa, dar prioridad a otras más limpias y libres del derramamiento de sangre causado.

Apostaron por Nixon en las elecciones de fines de los 50’s y perdieron por la gran victoria de los demócratas con su popular y atractivo líder que se convirtió en Presidente.

Kennedy cumplió su palabra y muy pronto la industria armamentista entró en crisis por la falta de ventas ya que el gobierno de USA no se involucró en un conflicto militar ni en Cuba, ni en China ni en Europa ni en ningún otro lado.

Y empeoró cuando no hubo intervención del ejército norteamericano en el conflicto de Vietnam, que llevó al consejo directivo a decidir como terminar con la inaceptable situación, asi se decidió eliminar a JFK, para continuar con el oscuro y siniestro negocio.

PLAN MAESTRO

Se desarrollaron dos planes para matarlo y lo llamaron Big Event, el plan A se debía hacer en Chicago o el B a ejecutarse en Dallas.

En ambos existían lugares apropiados (en lo alto de edificios de 3 a 4 pisos) donde un francotirador podría acribillar al presidente.

Uno de ellos fue Howard Hunt, agente infiltrado por los militares en la CIA, el cual dejó grabaciones que se dieron a conocer luego de su muerte en 2007 y que reveló su hijo John, en ellas acepta su participación en el complot para matar a JFK y relata como en 1963 se formó un grupo de expertos tiradores.

Para la ciudad de Chicago se contrató a un ex militar llamado Thomas Vallee quien haría los disparos desde el 4to piso de un edificio donde laboraba como empleado, mientras que Hunt estaría a nivel de calle para rematar al presidente de frente y consumar el magnicidio.

Pero la visita del mandatario no se llevó a cabo, lo que frustró sin querer el intento, entonces se aplicó el plan B en Texas, para lograrlo se contó con la participación indirecta del vicepresidente Lyndon B Johnson, quien recibía órdenes personales del consejo de las industriales armamentistas.

En Dallas el francotirador principal fue Lee Harvey Oswald con la ayuda de David Morales, otro ex agente de la CIA y FBI, apodado “el indio”, conocido por su puntería efectiva y letal, 3 semanas después se llevó a cabo el magnicidio del presidente de norteamerica.

Lo demás es conocido ya que todo fue ocultado y con el apoyo del nuevo presidente Johnson la comisión Warren dictaminó que lo ocurrido fue culpa de un sólo tirador, el caso no sé reabrirá jamás, por lo que nunca conoceremos a los verdaderos culpables, el asesinato de JFK seguirá impune.

Por: Antonio Aceves

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