La segunda vida de Ney

Los alumnos del profesor Peter Ney recuerdan, que cuando llegó la noticia del fallecimiento del gran Napoleón Bonaparte a la escuela, su tranquilo maestro se puso pálido y tuvo que suspender sus clases porque se sintió muy mal, todos vieron que no podía respirar y se fue a su casa, donde estuvo enfermo varios días.

Más tarde afirmó que el también había muerto.

Años después el venerado maestro de francés de escuela secundaria, falleció el 15 de noviembre de 1846 a la edad de 77 años.

Así muy lejos de los campos de batalla de toda Europa, en el cementerio del pequeño pueblo de Cleveland (Carolina del Norte), reposan los restos de Peter Stuart Ney, quien poco antes de morir, en su último suspiro, confesó tener una identidad diferente.

Dijo que él era en realidad el mariscal Michel de Ney, duque de Elchingen, Príncipe del Moscova, héroe de las campañas napoleónicas, y al que presuntamente habían fusilado el 7 de diciembre de 1815.

Con una sonrisa decía haberse librado de morir gracias a sus compañeros militares, existían varias personas que coincidan con él.

Por ejemplo Philip Petrie, antiguo soldado, juró haber reconocido el mariscal Ney a bordo del City of Philadelfia, y verlo desembarcar en Charleston a finales de enero de 1816.

También el coronel Jan Lehmanowsky, que escapó tras la batalla de Waterloo, y Pasqual Luciani, oficial corso dijeron haber sido sus compañeros de viaje, viajaron con nombres falsos, Ney utilizó el de Peter Fox.

Peter o Pierre, era el nombre del padre de Ney.

Chapman Levy, discreto abogado, llevó a cabo indagaciones acerca de la verdadera identidad de Peter Stuart Ney, como Peter Fox, ya en los primeros años de su llegada a los Estados de la Unión, por Carolina del Sur y encontró pruebas de la veracidad de su llegada de Europa y con una identidad confirmada.

Como tantos compatriotas exiliados en el sur de los Estados Unidos tras la batalla de Waterloo, Peter Stuart Ney podía pasar desapercibido, salvo cuando estaba ebrio.

Entonces se acaloraba y relataba en detalle las batallas en las que había tomado parte.

Hasta contaba  muchas anécdotas que luego se comprobó eran ciertas sobre varios combates peleados por el ejercicio francés.

Muchos de sus vecinos, incluso algunos alumnos, aseguraron tras su muerte que ya conocían su verdadera identidad.

¿QUÉ FUE LO QUE EN VERDAD OCURRIÓ?

Otro mariscal, Claude Victor, testigo de las hazañas de Ney durante la retirada de Rusia, votó por su muerte bajo el cargo de traición, como la mayoría de los miembros de la Cámara de los Pares que lo juzgó.

Ney se pasó al lado de Bonaparte cuando fue enviado por el rey Luis 18 a detenerlo.

Por coincidencia Peter Stuart Ney tenía la misma edad de Michel Ney.

Los retratos del profesor presentan una similitud notable con la imagen del mariscal, su caligrafía y estilo de escribir coinciden

Algunos de quienes le conocieron testimoniaban que Peter tenía cicatrices similares a las que Michel Ney tenía, unos poemas encontrados tras su muerte entre sus efectos personales, son muy elocuentes.

En “Gone with their glories, gone”, un poema de 1835, puede leerse en los primeros versos del primer cuarteto : “aunque yo fui el bravo entre los bravos, mi pluma y mi bastón se fueron”.

La pluma y el bastón son los signos de su grado de mariscal.

Napoleón, tras las hazañas de Ney cubriendo la retaguardia del ejército en Rusia, lo había apodado como “el valiente entre los valientes”.

La leyenda de Peter Stuart Ney se acrecienta ya que la tumba del mariscal Ney en el cementerio del Père Lachaise está vacía..

Para evitar la profanación de la tumba, se dijo que fue inhumado junto a su suegro en otra tumba, pero nadie vio cuando pasó todo eso.

No hay registro y todo parece una farsa.

Hacia 1903, sus restos fueron exhumados para llevarse a su ubicación actual, pero el ataúd estaba vacío.

Sobre quién ayudó a Ney a escapar de su ejecución se han formulado varias teorías.

La más sorprendente y creíble apunta al Duque de Wellington y a agentes secretos ingleses, que intervinieron a favor del mariscal francés

Según esa versión sobre lo ocurrido en el jardín de Luxemburgo, lugar de su supuesta ejecución, se afirmó que el gran Duque Ingies consintió en que Ney se librase de una muerte innoble para un militar compañero de armas.

Así cuando los soldados dispararon lo hicieron sobre su cabeza, entonces el mariscal se dejó caer hacia el frente con un pequeño vaso que contenía un liquido rojo para simular su muerte

Luego se ordenó retirar su cuerpo pero nadie verificó su estado sino que con rapidez lo levantaron en una camilla cubriéndolo con una manta y rápidamente lo llevaron a un sótano.

Ni su esposa ni ningún otro familiar estuvieron presentes ni lo fueron a visitar a ese sótano.

Más tarde se dijo que fue enterrado pero no hubo servicios religiosos.

Entonces Ney disfrazado se trasladó a Cherburgo, dónde se embarcó rumbo a USA.

Muchos refugiados franceses se instalaron en tierras de Carolina del Norte, Carolina del Sur, Alabama, Pensilvania, Ohio e Indiana.

En el sur, estos colonos fundaron ciudades como Aigleville, en Alabama, hoy desaparecida, aunque no así el condado de Marengo, que aún conserva su nombre en memoria de la famosa batalla ganada por las tropas de Bonaparte.

La leyenda del mariscal Ney en América sigue abierta, al menos hasta que se exhumen los restos de Peter Stuart Ney y hacer un estudio genético contra los de sus descendientes.

Por: Antonio Aceves

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