Un caballero mexicano en el Titanic

Hacia 1912 la línea naviera inglesa White Star terminó de constituir en Belfast el más imponente y majestuoso barco conocido hasta ese momento… lo proveyó de todos los lujos posibles y así logró convertirlo en un maravilloso “Palacio flotante”… el Titanic era insumergible según la opinión de sus orgullosos diseñadores, sin embargo, su existencia fue muy breve.

En su viaje inaugural, tan solo 3 días después se encontró con un iceberg, el cual rozó, lo que le provocó una gran hendidura en un costado, por donde entró mucha agua y se hundió en poco más de 2 horas. La tragedia fue enorme y terrible, murieron más de 1,500 personas, apenas pudieron salvarse un poco más de 700, fue una catástrofe total.

MANUEL URUCHURTU RAMÍREZ
A bordo del fatídico trasatlántico viajaban personas de varias nacionalidades entre ellas… un solo mexicano… el poco conocido Manuel Uruchurtu Ramírez, quien había sido diputado por su estado natal de Sonora y había viajado a Francia por motivos personales, pero antes de embarcar de vuelta, a fines de marzo de 1912, un amigo cercano le ofreció un boleto de primera clase en el lujoso Titanic. Uruchurtu aceptó encantado y se embarcó en el puerto de Cherburgo, Francia, según se lo contó a su esposa Gertrudis Caraza en una carta que le envió.

Dos semanas después, la angustiada señora Caraza, recibió un telegrama donde se le comunicaba que el cuerpo de su esposo no había sido localizado y que ahora formaba parte del grupo de desaparecidos en el naufragio del barco inglés Titanic.

LLA HISTORIA DE UN HÉROE
Pasaron cuatro años sin más noticias y de pronto una mañana una señora extranjera se presentó en el hogar de la familia Uruchurtu, mostró una tarjeta con el nombre de don Manuel y trató de platicar con doña Gertrudis pero no pudo. Con la ayuda de un maestro de inglés le explicó el motivo de su visita, venía a contar la historia de los últimos momentos de mister Uruchurtu y que supieran que gracias a él, ella se había salvado de morir como muchos, en el desastre de la gran nave.

Doña Gertrudis y su familia estaban conmocionados, al fin sabían algo de don Manuel y ahora podrían llorar su desaparición, al conocer que había pasado de él, más tarde y con el transcurrir del tiempo esta enternecedora historia pasó de generación en generación hasta sus familiares actuales, quienes luego la dieron a conocer públicamente.

Tiempo después varios escritores mexicanos se atrevieron a publicar breves artículos sobre lo sucedido, incluyendo libros, entre ellos la afamada Guadalupe Loaeza, hay otros que han dudado de la veracidad de la historia de don Manuel, porque no hay, según ellos, suficiente evidencia documental.

ÚLTIMO DESEO
¿Cuál es la verdadera historia? ¿Qué hizo realmente don Manuel? ¿Existió esa señora extranjera que visitó a la familia Uruchurtu?
La versión de la familia Uruchurtu contada por un sobrino nieto, dice que la noche del hundimiento del gran barco, don Manuel fue subido al bote salvavidas número 11 gracias a su estatus de diputado. Una vez a bordo, observó a una dama que viajaba en segunda clase y cargaba a un pequeño niño, quien suplicaba ser incluida en el bote salvavidas, alegando que su esposo la estaba esperando en Nueva York.

Los oficiales se negaron a dejarla subir al bote ya que estaba a su máxima capacidad y pondría en peligro la estabilidad de éste. Entonces Uruchurtu abandonó el bote salvavidas y cedió su lugar a la dama pidiéndole que en caso necesario visitara a su esposa y familia en México (Hermosillo y Xalapa) para hacerles saber sobre lo sucedido. Ella salvó su vida al ser rescatada; no así don Manuel quien falleció en el hundimiento del Titanic, su cuerpo nunca fue hallado.

NOS GUSTA EL ROMANCE
Sin embargo, tiempo después la cancillería mexicana descubrió que ella (Elizabeth Ramell-Nye) había mentido, ya que aún no estaba casada. No obstante, la mujer cumplió su promesa y en 1916 viajó a Xalapa, Veracruz, a localizar el paradero de la viuda de Uruchurtu y así contarle la intervención de su marido.

El 24 de agosto de 2012, la periodista Guadalupe Loaeza, autora del libro El caballero del Titanic, narró los sucesos anteriores y confirmó que existen pocas pruebas documentales sobre la anécdota que contó la mujer extranjera y que existe la prueba oral de la familia Uruchurtu.
Como ven este no es un final feliz, pero habemos muchos que preferimos la versión de la familia Uruchurtu, como dijo la escritora Loaeza, es una historia romántica perfecta de un caballero mexicano.

Por: Enrique Antonio Aceves García

TE PUEDE INTERESAR

Hallan a mujer envuelta en una cobija

El cadáver de una mujer fue encontrado envuelto en una cobija en la carretera estatal …

A %d blogueros les gusta esto: