El Diario de Minatitlán La voz ciudadana que Trasciende
Tokio realizó una conmovedora ceremonia de clausura para poner el broche de oro a los Juegos Olímpicos “más extraños” de la historia.
La ceremonia inició con fuegos artificiales en el Estadio Olímpico de Tokio. Presentó un segmento de la apertura llamado “un mundo de aplausos”, con el que se repasaron los 17 días del evento deportivo.
Tras el repaso, la bandera nacional de Japón fue llevado al escenario por seis abanderados del país. Uno de los abanderados fue el doctor Hiroyuki Yokota, con el que buscaron expresar su “máxima gratitud” a los profesionales de salud que han trabajado de forma incansable durante la pandemia de Covid-19.
Luego de la izada de la bandera de Japón, en presencia del príncipe Fumihito, entraron las banderas del país, sin ningún orden. Únicamente la de Japón y Grecia encabezaron la marcha por ser el país anfitrión y el país donde nacieron los Juegos Olímpicos, respectivamente. Sin embargo, muchas de las banderas no fueron representadas por sus atletas debido a que las regulaciones hicieron que muchos competidores regresaran a sus países 48 horas después de finalizar las competencias.
Con un espectacular despliegue musical y visual, Japón rindió homenaje a los cerca de 71 mil voluntarios que ayudaron a que los Juegos se realizaran sin ningún problema.
La bandera de los Juegos Olímpicos se bajó para ser entregada al presidente del COI, y finalmente al alcalde de París. La bandera de Francia se izó mientras París presentaba un segmento artístico con el que anuncia al país anfitrión de los próximos Juegos Olímpicos.
