El Diario de Minatitlán La voz ciudadana que Trasciende
El Código de Ética vigente en el Sindicato Petrolero a partir del 2022 es una acertada respuesta a los tiempos actuales, en los que han alcanzado preponderante importancia los derechos humanos, que por obligación deben proteger todos los países.
El documento, de observancia para todos los agremiados del STPRM, será decisivo para fortalecer la imagen y credibilidad del sindicato y es un acierto del dirigente nacional Ricardo Aldana Prieto.
Los principios éticos que promueve son: efectividad, honor, honradez, igualdad y no discriminación; imparcialidad, integridad, lealtad, responsabilidad y respeto. Antes de que entrara en vigor este Código, se contaba solo con los Estatutos sindicales de 1935 acordados desde la fundación del Sindicato Petrolero pero que en los últimos años se habían venido modificando. En los gobiernos panistas los petroleros dejaron de pertenecer al PRI y en este sexenio, se llamó a elecciones democráticas, luego de la renuncia de Carlos Romero Deschamps.
Sin embargo, al parecer sigue vigente la cláusula de exclusión que sanciona a los socios con pérdida de derechos sindicales.
Don Jorge Wade González, Presidente del Frente Liberal Sindicalista, grupo político mayoritario de la Sección 10 desde hace casi 70 años, a pregunta que le hice me contestó que: “El Código de Ética no sustituye a los Estatutos que, con visión humanista tendrán que adecuarse a los tiempos actuales y enfatizar en la transparencia, rendición de cuentas y censurar el acoso. Al preguntar a don Jorge si los petroleros ya eran morenistas respondió: “De acuerdo con el Código de Ética que a partir del año pasado rige en el STPRM, los petroleros son libres de votar y pertenecer al partido de su preferencia.: hoy los petroleros tienen libertad de ejercicio de sus derechos, de sus preferencias políticas y de su ideología”. Y Don Jorge tiene calidad moral para hablar de estos temas porque con su trato sencillo se ha ganado al gremio en el que dejaron malos recuerdos soberbios, corruptos, petulantes y narcisistas.
Por: FLORENCIA BASULTO NELSON
