AGORA JURÍDICA

Popularidad o seguridad.

Si hay un político sumamente popular en las últimas décadas en México, sin duda lo es Andrés Manuel López Obrador. El uno de diciembre en la plancha del Zocálo de la CDMX, así lo demostró. Lleno a reventar. Sus detractores dirán que utilizando las mismas prácticas que sus acérrimos enemigos políticos los del PRIAN: El acarreo.

Pero independientemente si hubo o no acarreo, el presidente se mantiene en el ánimo de millones de Mexicanos. A decir de muchos conocedores, ha sabido conectar con las clases bajas, ha sido un excelente comunicador en su discurso político. Una narrativa que ha logrado conjuntar a miles de ciudadanos que se sintieron traicionados por las viejas prácticas de corrupción que imperaron en los mandatos de los partidos PRI Y PAN. Ha dado esperanza a miles de pobres. En campaña prometió bajar los precios de gasolina y energía eléctrica. En su narrativa diaria, señala que la seguridad va mejor que nunca, que tenemos un sistema de salud similar a la de un país nórdico, etc. esta narrativa y las ayudas asistenciales es que permiten al Presidente alcanzar una popularidad que “ni Obama la tiene”.

Sin embargo, la narrativa que hizo el presidente en su primer informe de Gobierno, dista mucho de la realidad. Los números, las estadísticas son frías. La pobreza se ha incrementado de manera exponencial. Muchos de la clase media que, apoyaron de manera denodada al López Obrador, han pasado a engrosar las filas de la pobreza. La inseguridad se ha incrementado de manera acelerada. Los homicidios dolosos se han desatado, la inversión extranjera ha disminuidos tasas elevadas. El panorama en aspecto macro económico no se ve nada halagador. La inflación galopa de manera incesante presagiando una crisis.

Los programas implementados por el gobierno para paliar la pobreza, a pesar de las buenas intenciones no han dado resultados. Más bien, parecen programas clientelares para las elecciones que se avecinan. Es la mitad del camino. Esperemos que se recomponga esto. El presidente tiene buenas intenciones, pero no son suficientes. Se requiere sagacidad, capacidad en la gente que lo rodea, que no medre con el temor a ser despedido. Se sabe que el presidente es de carácter irascible. Entonces. ante ello sus funcionarios hacen mutis, haciendo a un lado sus responsabilidades. Cuando debería hacer ver sus errores. Esperemos que esto cambie y que cambie ya, recordemos que el tiempo no perdona, la sociedad no. Pero con la popularidad que presenta el presidente, muchos le perdonaran todo, hasta la inseguridad.

AGORA JURÍDICA
POR: GABINO BAUTISTA BÁEZ

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