Justicia: lenta, torpe, tuerta y ciega

En el artículo 17 de la nuestra Constitución Federal, se plasma el principio de una justicia pronta y expedita. No es banal dicho principio, es un derecho humano para todas aquellas personas que por azares del destino se ven inmersas en un proceso de carácter judicial. Aun con los recién extinguidos juzgados familiares en el Estado de Veracruz, la justicia era lenta, torpe, tuerta y ciega, situación que sigue prevaleciendo.

Las diversas leyes contemplan en su articulado, términos relativamente cortos. Estos términos tienen por objeto que sean acordados de manera pronta todas las promociones y actuaciones que se contemplan dentro de un proceso.

La realidad es otra, pasan días, semanas y meses, los acuerdos respectivos no se actualizan de ahí, que la justicia sea lenta. Aunque en las leyes orgánicas de los diferentes tribunales, se establece, cuales deben ser los requisitos que debe cumplir un aspirante a ocupar un puesto de juez, magistrado o secretario de un juzgado o sala de un tribunal. Independientemente de los requisitos académicos, se requiere experiencia y quizá un poco de sentido común para dictar acuerdos o sentencias.

Lastimosamente, lo mencionado, queda en pura utopía. De manera constante, se ve presumir a infinidad de funcionarios sus grados académicos, pero con una ignorancia supina muy acendrada, que, en lugar de coadyuvar a la justicia, la hacen torpe, dictando acuerdos y sentencias sacadas de la chistera que poseen los impartidores de justicia, haciendo torpe a esta última.

No obsta que, los contendientes, en un proceso aporten las pruebas idóneas para acreditar sus acciones, en el interprocesal, los responsables de impartir justicia, inclinan la balanza a favor de algunos de los interesados, ya sea por dádivas, amistad o alguna otra situación, ocasionando con ello un desequilibrio procesal, lastimando la justicia. Entonces la justicia se vuelve tuerta. Pero lo mas grave, es cuando la justicia se vuelve ciega. Es decir, cuando la justicia se vende al mejor postor, o cuando las sentencias son dictadas en la ignorancia total, dejando en el limbo jurídico a quienes buscan la misma.

Es hora de que, quienes hacen de su quehacer diario, la lucha por la justicia, se reúnan o nos reunamos para exigir a los órganos jurisdiccionales que actúen pronta y expedita, haciendo a un lado intereses perversos o distorsionando el espíritu de la Ley. Día a día se ven, más y más justiciables agraviados por los responsables de impartir justicia. Que no se olviden los juzgadores, que, de empecinarse en sus actitudes, no solo violenta el artículo 17 Constitucional, si no también, el artículo el artículo 128 de la carta magna, “Guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen” ¿veremos esto algún día? Esperemos que sí, para bien de los justiciables.

ÁGORA JURÍDICA
POR: GABINO BAUTISTA BÁEZ