En un momento tan complicado para el mundo, hay un grupo de personas que no podían pasar desapercibidos durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se trata de los médicos y trabajadores de la salud, los encargados de luchar en la primera línea de batalla en contra del Covid-19.
Durante varios momentos de la ceremonia, se hizo énfasis en que estos juegos significarían la esperanza de comenzar a ver la luz a través de un túnel tan complicado como lo ha sido la pandemia del coronavirus.
Uno de los más emotivos fue cuando Ohashi Hiroki, un médico, y Kitagawa Junko, una enfermera, recibieron la antorcha olímpica y fueron parte de los últimos relevistas del fuego, mismo que culminó en las manos de Naomi Osaka, encargada de encender el pebetero.
AGENCIAS
JAPÓN